
Erase una vez una chica ingeniera, racional y atea que solo creía en lo que podía ver con sus propios ojos o, en su defecto, ser demostrado por el método científico. A menudo se encontraba con personas que le hablaban de energías y fuerzas superiores y ella intentaba disimular una sonrisita de “a mi no me enganchas con eso”. Pues bien, cierto día la chica, confiando en la ciencia y en que su médico había comprobado que todo estaba a punto, decidió con su novio que tendrían un bebé. Leyó sobre días de ovulación, tipos de flujos y basicamente hizo los deberes consiguiendo su positivo. Normal, pensó ella…si hemos juntado en mis trompas sus espermatozoides con mi óvulo evidentemente me he quedado embarazada. Hasta ahí bien pero desde entonces…
¿Por qué vas a tener un aborto si eres una chica sana?
Si te quedaste a la primera, te volverás a quedar embarazada enseguida.
¿Como vas a tener un hidrosalpinx si nunca has tenido ninguna infección importante?
No puedes tener baja reserva ovocitaria , si solo tienes 34 años…
Si tuvieras endometriosis algún ginecólogo te lo habría visto...
Y poco a poco la chica fue perdiendo la confianza en la ciencia, al menos en la ciencia actual, y se pasó al lado oscuro de probar todo, por peregrino que pareciera, TODO.
Como ya estará claro, esa chica soy yo y en esta entrada quería contaros en orden creciente de irracionalidad (o ida de olla) las terapias alternativas que vengo practicando.
- Acupuntura
Esto puede que muchos no lo consideren irracional pero para mí supuso mi entrada en el mundo de la medicina alternativa. Empecé yendo con un doctor (chino, por supuesto) especialista en fertilidad y que atendía a tropecientas chicas en una misma sala. Aquello no se si hubiera sido efectivo a largo plazo, pero, desde luego, no era relajante. Mientras me preguntaban si estaba estreñida, un chico roncaba a mi lado y todo en una atmósfera densa en olores corporales. Tras buscar como siempre en foros y blogs (benditos!) encontré a mi doctora actual, la Doctora Xu. Sabe muchísimo de fertilidad, de hecho hablamos en los mismos términos que con mi doctora de Valencia, solo que esta me pincha agujas y me conecta a corriente y Juana me hace ecografías. ¿Efectiva? Ojalá pronto os pueda decir que sí y mucho. De momento, para ser sincera, no puedo decir que haya notado mejoría en mis ciclos de estimulación pero, la verdad, es que tengo absoluta fe en ella (Viva mi metamorfosis!). Además, como experiencia positiva, viví en primera persona como una amiga con fecha programada para su transferencia de ovodonación en ese mismo mes, se quedaba embarazada de forma natural tras unas cuantas sesiones con Xu.
2. Nutrición
El hecho de que la alimentación es clave para la salud empieza a calar en las personas poco a poco. De ahí la proliferación de herbolarios y tiendas ecológicas que están haciendo un verdadero agosto. De hecho, justo debajo de nuestra casa, en un local enorme, abrieron hace unos años una tienda ecológica. Mi chico y yo, mientras nos lamentábamos de que no fuera una tienda más interesante, comentamos la poca visión de negocio.
¿Quien va a comprar aqui habiendo un mercadona a un paso? Pero si pagas el brocoli a precio de jamón de bellota…
Pues bien, tras un poquito de infertilidad nos hemos convertido en su mejor cliente!!
Dándole vueltas a qué más podía hacer para conseguir tener a nuestro bebito, llegué al blog de Fertilidad Natural de Virginia Ruiperez. Por supuesto, no tardé en concertar una cita. Su método consiste en mejorar la receptividad a embarazo de nuestro cuerpo (útero, óvulos, hormonas) por medio de la alimentación. Ella te explica en tres sesiones las pautas para que tú te construyas dietas que cumplan los requisitos. El método empieza a hacer efecto a los 8 meses en general (tiempo de maduración de los óvulos) así que, por mi parte, aún no sé si funciona. Lo que si puedo decir es que me encuentro bastante mejor por lo menos en cuanto a digestiones se refiere..
3. Santos
La espera del resultado de nuestra segunda beta transcurrió en la Iglesia de Jesús de Medinaceli, santo del que mi abuelilla era muy devota y al que yo, atea (o eso creía) le besé los pies un número incontable de veces durante esa hora. Ni que decir tiene que cuando nos dieron el positivo crucé el umbral del creyente para convertirme en católica, apóstolica y casi romana en un volao. Tengo que decir, no obstante, que el aborto a los cinco días hizo tambalear los aún frágiles cimientos y ahora estoy en un limbo en el que me agarro al santo que sea, de la religión que sea…
Aún así, alguna visita he hecho posteriormente a San Judas Tadeo, según una muy buena amiga mía patrón de las causas difíciles.
4. Exorcismos
Aqui entramos ya en zona gore. Pues si, una amiga me contó que una vidente le había recomendado quemar dos varillas de Ruda y una de Rosa mientras recorriera su casa rezando. De esta forma se ahuyentarían los malos espíritus de la casa. Por supuesto ahí estábamos mi chico y yo, no fuera a ser por esto que no lo conseguiéramos…El resultado fue que dejé las varillas de incienso quemándose en la mesa del salón y ahora tengo en el centro de la misma un recuerdo de por vida de mi momento esotérico.
5. Supersticiones variadas
Esto supongo que, en cierta medida, nos pasa a todas y es inevitable. Os cuento un resumencillo de las paranoias que me atacan:
- Camiseta de la suerte que llevé en absolutamente todas las citas o análisis que tuve en mi primer ciclo del IVI. El negativo la condenó al ovido.
- Ignorar por completo a una persona por creer que es gafe.
- Llevar todo tipo de amuletos: una pulsera de buhíto de una amiga, unos pendientes con una niña colgando, etc…
- Replicar ritual de fertilidad en un templo romano.
- No hacer nunca beta o pipitest antes de fecha establecida. La primera vez la adelanté un día (negativo) y la segunda la hice en su día (positivo). Adivinad qué voy a hacer esta vez.
- Evitar mayo. Desde hace años mayo es un mes que no me gusta. Han pasado muchas cosas malillas en mayo. En mayo tuve la peor crisis con mi novio, en mayo tuve mi primer aborto, en mayo tuve mi negativo del IVI…Imaginad mi cara cuando después de un año esperando, resulta que la transferencia iba a caer en mayo. Me planteé seriamente decirle a Juana que no, que lo dejábamos para Junio con cualquier excusa hasta que una amiga me regaló un librito hecho por ella donde para cada día de mayo encontraba algo bueno histórico y muchas veces relacionado con la fertilidad que había pasado. Cuando lo leí vi que tenía que darle una oportunidad a mayo y, bueno, luego vinieron los folículos y todo se retrasó (yuhuuuu!)…Y ahora estoy cruzando los dedos para que la primera transfer sea al menos el 1 de Junio…
- Pensar que tengo que acabar con las supersticiones para tener mi positivo, pero claro, ¿eso no es ya una superstición?
Así que aquí estoy, sin principios, sin finales, con un objetivo claro y dispuesta a empeñar mi alma al diablo para conseguirlo si hace falta. Y como yo tantisimas otras. Si no cómo iba a venderse Babypod “El tampón musical que ayuda a concebir”?.